Artículos
El Examen Final
Nota: Por favor entienda que lo siguiente no tiene la intención de representar la forma en que el juicio final se llevará a cabo, pero si intenta hacernos pensar seriamente acerca de nuestra actitud hacia la biblia en preparación para el día en que “todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo” (2 Corintios 5:10).
Todas las naciones han sido reunidas ante el gran trono de Dios y es anunciado que todos serán puestos a prueba basados en su entendimiento de la biblia. No, el examen no va a requerir que de él orden de todos los reyes del reino dividido o incluso los doce hijos de Jacob; sino, esta será una prueba de cómo entender ciertos pasajes. Con su destino eterno en la balanza, ¿cómo explicaría lo siguiente?
1) “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Marcos 16:16). Con un ángel mirando por encima de su hombro, ¿entendería usted que para ser salvo requiere creer y ser bautizado? O ¿decidiera que la frase “y fuere bautizado” realmente no es tan importante al significado del pasaje?
2) “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuando veis que aquel día se acerca” (Hebreos 10:24, 25). Con la eternidad dependiendo en su respuesta, ¿explicaría usted que los domingos por la noche y los miércoles no están bajo la consideración del congregarse en este pasaje? ¿Respondería usted a esta pregunta con un párrafo acerca de porque algunos partidos de futbol o visitas a la familia que causan que uno esté ausente de la asamblea realmente no tienen que ver con este pasaje?
3) “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador” (Efesios 5:22, 23). Con su destino eterno colgando en base a su respuesta, ¿explicaría usted que Pablo no estaba diciendo lo que parece estar diciendo, pero que estaba simplemente reflejando los prejuicios culturales de su época? ¿O usted vería en este y otros pasajes una orden divina haciendo distinción entre los papeles del marido y la mujer?
4) “Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera” (Mateo 19:9). No ha tenido ningún problema con las preguntas hasta este punto, ¿pero fallará en esta? Si supiera que su respuesta a esta pregunta fuese critica a su calificación eterna, ¿qué pensaría acerca del divorcio? Con la “nota final” a punto de ser dado, ¿concluiría que los divorciados y los que se vuelven a casar se les permite continuar en su segundo (o tercero o cuarto) matrimonio? O con el juicio que se avecina, ¿entendería Mateo 19:9 a prohibir el divorcio y segundas nupcias con sola una excepción?
Por supuesto, el juicio no consistirá de un examen escrito, pero tenemos que darnos cuenta que seremos puestos a prueba basado en nuestro entendimiento de las Escrituras. ¿Cómo he entendido Marcos 16:16; Hebreos 10:25; Efesios 5:22, 23; Mateo 19:9 y otros pasajes que hablan de mis obligaciones para con Dios y los hombres mientras que en esta tierra? Las respuestas a tales preguntas se encuentran en mi vida y es necesario que les responda hoy como que si la eternidad dependiera en mis respuestas, porque lo es.
“El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.” Juan 12:48
“Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.” Romanos 14:10, 12
Aunque hay algunos pasajes en la Escritura que se nos dificulten en entender, en la mayoría de los casos nuestra dificultad no resulta de las palabras del texto, pero en nuestra falta de urgencia. Si viviríamos con un mayor conocimiento del juicio y la realización que nuestro entendimiento y respuesta a la palabra de Dios serán la diferencia entre el cielo y el infierno, no solamente entenderíamos mejor, pero también seriamos “hacedores se la palabra” (Santiago 1:22).
“Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.” Hechos 17:30, 31