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¿Perdido y Encontrado o Perdido y Permaneciendo Perdido?

La parábola del hijo pródigo en Lucas 15 es considerada por muchos como una de las historias más bellas y conmovedoras que se han escrito. De hecho, es una historia de gran alcance, pero en este artículo quiero que veamos a las tres parábolas que se encuentran en este capítulo con el fin de conseguir el cuadro completo. El capítulo comienza con Jesús siendo criticado por los fariseos y escribas porque se atrevió a comer con los publicanos y pecadores. Las parábolas (o quizás deberíamos decir la parábola relatada en tres partes) es la explicación de por qué El, un hombre de santidad absoluta, estaba dispuesto a recibir a los pecadores y comer con ellos. (Si usted no está familiarizado con este capítulo, por favor tome el tiempo para leerlas antes de continuar).

¿Una oveja se pierde, y qué es lo que hace el pastor? Va tras la que se perdió hasta que la encuentra, y cuando la encuentra se la pone sobre sus hombros y la lleva a casa. Luego leemos de una mujer que pierde una moneda. ¿Qué hace ella? Enciende la lámpara, barre el piso, y busca cuidadosamente hasta que la encuentra. A continuación vemos el hijo de un hombre perdido en un país lejano y ¿qué hace el padre? ¡Nada! Bueno, es posible que haya hecho algunas cosas, pero parece que en vez de ir tras él, el padre se limitó a esperar hasta que su hijo volviera en sí (Lucas 15:17) y regresara a casa.

El punto que quiero que veamos es que mientras que los tres enfoques hacia los perdidos enfatizan el amor y la preocupación de Dios por los pecadores, porque el padre que "se quedó en casa" es el mismo padre que corrió a su hijo, le besó repetidas veces, le dio un anillo , ropa, zapatos, y una fiesta (Lucas 15:20-24), Jesús deja en claro que las personas no siempre son ovejas que se pueden echar sobre el hombro y ser llevados a casa, o monedas que pueden ser recogidas cuando se encuentran. Las primeras dos parábolas enfatizan que cuando la gente está en el pecado debe hacerse todo lo posible para salvarlos, pero el tercero enseña la responsabilidad del pecador para salvarse a sí mismo.

Si usted está en pecado, ya sea como alguien que nunca ha vuelto al Señor para perdón (Romanos 3:23), o uno que ha vuelto a caer en el pecado después de haber sido liberados del pecado (2 Pedro 2:20-22), necesita saber acerca de la preocupación de Dios por usted. Al enviar a Jesús a este mundo a morir por usted, Él ha ido tras el perdido, encendido la lámpara, barrido el suelo, y buscado diligentemente por usted, Su hijo perdido (Juan 3:16). Jesús no sólo murió por sus pecados, pero Dios ha mandado que las buena nuevas de salvación sean predicado en todo el mundo a toda criatura (Romanos 1:16, 17; Marcos 16:15, 16). El corazón de Dios es un corazón compasivo que se preocupa por usted.

Sí, Él le ha buscado, pero como lo demuestra el pródigo Él no le obligará a volver a casa con él. Debe darse cuenta de que Dios le ama y anhela recibirle como Su hijo perdonado, pero hay que hacerlo como el hijo en Lucas 15:17-20 y volver a sus sentidos, arrepentirse, y voltear a Dios (2 Pedro 3:9 ). La salvación no será forzada en usted, pero si usted busca al Padre que lo ha buscado, Él le dará la bienvenida como el padre de la parábola dio la bienvenida al hijo pródigo. Pablo habló de la voluntad de Dios a perdonarlo, el primero de los pecadores, como modelo para mostrar a todos que Cristo Jesús realmente vino a salvar a los pecadores (1 Timoteo 1:13-16).

Pecadores, ¡Dios está buscando tu salvación! ¿Por qué no regresa a casa a una bienvenida feliz?